Anthony van Dyck – pintor flamenco, maestro del retrato. En 1625, Carlos I sucedió a su padre Jacobo I como rey de Gran Bretaña e Irlanda. A partir de 1632, Van Dyck fue nombrado pintor de la corte y escribió constantemente al rey y su esposa, la reina Henrietta Maria.
En total, creó 35 retratos del monarca, siete de ellos – caballo. Estas pinturas completamente satisfechas al rey, ya que transmitieron su convicción en el destino divino de gobernar el país. Van Dyck con su arte reclamó el título: “Karl, rey de Gran Bretaña”.
En este retrato, Carlos I está representado como un rey guerrero en un magnífico caballo, con armadura de caballero y con una varita de mando en la mano, como si estuviera liderando a sus caballeros. Está vestido con la llamada armadura de Greenwich.
Es indicativo de que el trabajo probablemente recuerda deliberadamente el “Retrato del emperador Carlos V antes de la batalla de Muehlberg” de Tiziano, que se conserva en el Museo del Prado en Madrid. En él, el emperador también aparece como un guerrero, acaba de derrotar a la Liga Protestante en Mühlberg. Comparando el retrato de Van Dyck con el trabajo de Tiziano se suponía que inspiraba al espectador a pensar en Carlos I como el mismo defensor de la fe.