Este retrato fue pintado por Van Gogh en 1889. El Dr. Félix Ray era un aprendiz en el Hospital Arles, donde Van Gogh fue llevado después de un ataque de enfermedad.
El joven médico mostró tanta participación al artista enfermo que Van Gogh quiso agradecerle al presentarle un hermoso retrato.
Sin embargo, Rei, siendo un hombre indiferente al arte, encontró un regalo como un tributo de gratitud a los desafortunados enfermos mentales. La imagen se mantuvo durante mucho tiempo en el ático, y luego cubrió el agujero en el gallinero. Sólo en 1900, el artista Charles Kamoën, amigo de Henri Matisse, llegó a Arles y encontró una pintura en el patio del doctor.
En 1908, la pintura se convirtió en parte de la colección Shchukin, y ahora está en el museo que lleva el nombre de A. Pushkin en Moscú.
Según los contemporáneos, el retrato resultó muy similar. Sintiendo gratitud al médico por su simpatía y deseo de ayudar, el artista enfatiza sus características más positivas: una mirada cercana, una cara inteligente y segura, un físico fuerte. Intencionalmente simplifica la manera de hacer que el lenguaje pictórico sea más accesible a la percepción del médico provincial.
En un espectro de colores brillante, contrastante y sonoro, la admiración de Van Gogh por esta persona se expresó, porque el color en las pinturas del artista siempre tuvo un significado simbólico.