Retratos de Delacroix siempre escribieron, aunque este género no fue el líder en su trabajo. Típicamente, los retratos del artista ordenaban a sus amigos. Entonces, Prosper-Parfa Gubo, dueño de una escuela privada en París, ordenó una serie de retratos de personas destacadas para Delacroix.
En 1838, Delacroix, a petición propia, creó un retrato de su amigo íntimo, el compositor Frederic Chopin. Además, el pincel Delacroix posee varios retratos, donde los personajes se representan en pleno crecimiento en el contexto del paisaje o en el interior. El más notable de esta serie es el retrato de Baron Schweiter.
Los contornos y el color de la figura dieron a los amigos motivos para llamar a este trabajo el “estuche de contrabajo”. Al mismo tiempo, con su humor lírico, recuerda la imagen de Thomas Lawrence presentada en el Salón de 1824. Delacroix la vio allí, y al año siguiente, durante su viaje a Inglaterra, conoció personalmente a su autor.