En el período de represión masiva, poco antes del arresto y la muerte de Meyerhold, P. P. Konchalovsky creó un retrato de esta destacada figura teatral. Para el director reformista Vsevolod Emilievich Meyerhold, 1938 comenzó dramáticamente: el 7 de enero, la Comisión de Asuntos Artísticos adoptó una resolución sobre la liquidación del Teatro Estatal Meyerhold.
Para enfatizar el conflicto de la personalidad con la realidad circundante, creando un retrato del director, el artista usó una solución compositiva compleja. A primera vista, parece que el lienzo representa a un soñador, cuyos sueños están plasmados en coloridos patrones que cubren toda la pared y el sofá hasta el piso. Pero, mirando más de cerca, la apatía dolorosa del modelo, el desprendimiento del mundo circundante es adivinado.
Es a través de la yuxtaposición de una alfombra brillante, cubierta con un adorno, y una figura monocromática resuelta del director, que está atrapada ilusoriamente y enredada en las intrincadas curvas de los patrones, Konchalovsky revela la imagen.