Ferdinand Bol es un pintor y artista gráfico holandés, alumno de Rembrandt, que aprendió muy bien las técnicas de su estilo de pintura, resultado de lo cual muchas de las obras de Bol se atribuyeron erróneamente al maestro. Sobre las circunstancias de la vida Bohl casi nada se sabe. Se hizo famoso por su género de retratos y está considerado como uno de los mejores pintores de retratos holandeses.
El “Retrato de un científico” se destaca con una acogedora gama marrón cálido, que recuerda a las piedras de ámbar. Un anciano con barba pensativa apoya su cabeza con la mano. Detrás de él, en la mesa, se encuentran los atributos del investigador: el globo terráqueo y los libros en portadas gruesas.
El científico, cuyo rostro se parece al boyar ruso, está inmerso en sus pensamientos, reflexiona sobre los futuros descubrimientos.