Este es uno de los varios retratos de Julien-Francois Tanguy, escrito por Van Gogh en 1887 en París. Tanguy era el dueño de una tienda de arte y al mismo tiempo un filántropo que ayudó a jóvenes artistas. Con Van Gogh, tuvo relaciones amistosas.
Este retrato del busto es un poco diferente de los otros retratos de Papa Tangi. Está escrito de una manera clásica. Tangi está representado en un traje sobre un fondo oscuro, su figura ocupa la mayor parte del lienzo.
Van Gogh concentró toda su atención en el rostro de Julien, expresando claramente su expresiva mirada. La bondad y la atención se leen en la cara de Tanga. Parece que está muy preocupado por el resultado del trabajo, posando para el artista.
El esquema de color de la imagen se basa en una combinación de tonos marrón oscuro y amarillo. El fondo grueso establece el color de todo el lienzo, su color va para el cabello y la chaqueta Tangi. La cara está escrita en tonos cálidos brillantes de amarillo, ocre y rojo, solo unos pocos trazos lilas fríos son visibles en la barba.
Van Gogh pintó el cuadro con mucho cuidado, modelando los volúmenes con sombras gruesas y prestando atención a los pequeños detalles. Quizás en tal atención expresó la cálida actitud favorable del artista hacia papá Tanguy.