En la comunidad de historia del arte, una de las obras más significativas de A. P. Antropov se considera el retrato de A. M. Izmailova. El pintor describió a una dama recta y simple, sin ningún giro coqueto, con la mayor honestidad: la persona del tribunal era una anciana fofa, con un rubor artificial deliberado, cejas zumbando y ojos ligeramente llorosos.
En el retrato, se mostró la característica principal del método artístico de A. P. Antropov: la autenticidad natural de la apariencia del modelo. Esto se vio facilitado por la combinación de un fondo oscuro y uniforme con una interpretación volumétrica de la imagen de Izmailova, especialmente su cabeza. Hay una especie de efecto de empujar la imagen desde el plano del lienzo hacia el espacio del espectador.
El master, como siempre, se detalla en la transferencia de detalles; incluso alcanza la ingenua imagen de un alfiler, que cubrió un fichu, una bufanda.
Pero lo más importante es el signo de la dama del estado, grande y claro, para que no haya dudas sobre el alto estatus social de Anastasia Izmailova, nee Naryshkina, la esposa del mayor general V. A. Izmailov, la anciana de la dama de honor bajo la emperatriz Elizabeth Petrovna. Se cree que la similitud física con el modelo era enorme. El retrato es extremadamente convincente: cuando miras la imagen de Izmailova, parece que puedes escuchar su peplum dominante o su risa petulante.
Este personaje es muy típico de lo grosero en su moral y diversión de la corte isabelina. Es bastante probable que la suposición de M. M. Sakharova de que el retrato de A. M. Izmailova fue una especie de examen para el título de pintor de retratos después de graduarse de P. Rotary. Con esta obra comienza el período de mayor floración de la obra de A. P. Antropov, que cae en la década de 1760.
El retrato de A. M. Izmailova abre en la pintura rusa un nuevo tipo de retrato de cámara, que ya no era solo una versión de la imagen representativa ceremonial, sino una obra con sus propias imágenes específicas. Gracias al busto y al primer plano, que acercan el modelo al espectador lo más cerca posible, hay una nivelación casi completa del gesto y el cambio de atención a la cara.