Rubens, quizás el primero en el arte mundial, quien mostró el tema eterno de la maternidad no solo con imágenes de la Madre de Dios y el bebé Cristo, sino que también muchas veces escribió retratos de su esposa Helen Fourment con niños con especial admiración y amor.
Estos retratos familiares de Rubens adornan, por ejemplo, las colecciones del Louvre y el Antiguo Pinakothek en Munich.