¿Pudo haber pasado por alto el gran Botticelli de su más grande contemporáneo, el gran poeta, el creador de la lengua literaria italiana y el autor de la Divina Comedia, Dante Alighieri?
Sin embargo, a pesar del hecho de que la pertenencia de este retrato por parte del gran maestro está en duda, supongamos que siguiendo una serie de ilustraciones de “Paraíso” y “Infierno” del poema mencionado, el propio artista, o con la ayuda de sus alumnos, creó la imagen del autor de la obra inmortal.
Obviamente, Botticelli compartió las opiniones políticas radicales del poeta, que era un partidario activo de la independencia de Florencia. El poeta pasó muchos años en el exilio debido a la guerra interna que había atormentado a su ciudad natal a fines del siglo trece.
La cara representada en el retrato rezuma calma, voluntad fuerte y confianza en sí mismo. Ante nosotros es una persona extraordinaria, independiente. Vestidos de rojo brillante pero modesto, que recuerdan las vestiduras sacerdotales, hablan de aspiraciones espirituales, una corona de laurel, victorias literarias, un giro en forma de U hacen que el retrato parezca una imagen en una orden o moneda.
Solo el borde de una deslumbrante gorra blanca que sobresale de debajo de una gorra roja en la cabeza de Dante con cintas desencadenadas alegóricamente habla de la pureza y la sinceridad de los pensamientos representados y su característica ironía propia.