Este es el primer cuadro grande realizado por el artista a la edad de dieciocho años. Este trabajo inicial fue muy apreciado tanto por el público como por los líderes de la Academia de Artes, quienes respondieron favorablemente a la imagen. La Sociedad para el Fomento de los Artistas le otorgó al autor una pequeña medalla de oro.
El tema de la imagen fue determinado por la Academia de Artes. Se le pidió a Ivanov que escribiera una escena en la trama de la última, vigésimo cuarta canción de la Ilíada de Homero.
Príamo, el rey de Troya, asediado, entra en la tienda del líder del hostil campamento de Aquiles para rogarle por el entierro del cuerpo de su hijo Héctor, asesinado por Aquiles en los muros de Troya. Del poema se sabe que Aquiles será magnánimo y cumplirá con la solicitud de Priam.
Sin embargo, el artista elige el momento en el que aún no se ha tomado la decisión. Aquiles, representado cerca de la urna funeraria con las cenizas de su amigo Patroclo, asesinado por Héctor, está inmerso en un profundo dolor. El toque de la mano de Priam apenas lo devuelve a la realidad. Parecía que solo se despertaba de un sueño pesado y no era consciente de lo que estaba sucediendo a su alrededor; Todavía no sabe su decisión.
El contorno de la mano de la mano baja de Aquiles repite el contorno de una cortina blanca que cubre la urna con las cenizas de un amigo asesinado.
Ya en sus primeros trabajos, el artista expande las posibilidades de una imagen académica, buscando mostrar el antiguo drama en la dinámica, cuando no se toma una decisión y el resultado de la tragedia aún no está a la vista.