El trabajo en el retrato siempre ha requerido fuerza y atención adicionales por parte de los pintores. Después de todo, era necesario mostrar el alma del hombre, su poder y significado, lo que llevó al artista a coger el pincel y tratar de descifrar todos los signos ocultos de la personalidad de su héroe. La pintura “El poeta G. Tukai” es una de esas obras trascendentales que están llenas del simbolismo y la verdad de la vida. Me gusta su actuación, que fue utilizada por E. Simbirin.
Y la imagen misma del poeta para mí se ha vuelto mucho más cercana y clara.
El lienzo representa a un joven. Se viste modestamente vestido con una sencilla camisa blanca con cuello abierto y mangas sueltas. Lleva una chaqueta oscura sin mangas estricta.
Este punto de vista se asemeja a un joven estudiante o estudiante de secundaria, pero no a un poeta famoso. Pero la cara dice mucho sobre la amarga experiencia y los muchos conocimientos que trajeron la melancolía. Uno siente una especie de fatalidad que se manifiesta en una mirada aguda.
El personaje parece saber lo que le trae dolor terrible. ¿Es la experiencia de su gente, o la noticia de su propia enfermedad, la que pronto tomará la vida de un poeta? Pero la vida no le tiene pena perder. A juzgar por la firme mirada que se llevó sus pensamientos, Gabdulla Tukay tenía miedo de decir adiós al sueño de lo que más quería hacer, pero no tenía tiempo.
Un rostro hermoso con un corte de pelo corto y juvenil, es recordado durante mucho tiempo por su determinación de combatir la enfermedad con actividad y falta de voluntad para centrarse solo en uno mismo.
E. Simbirin para que el espectador comprendiera completamente la imagen de un joven pero fuerte poeta tártaro le dio la oportunidad de adoptar una postura favorita. Se representa a Gabdulla sentado en una silla, apoyado en su espalda, gracias a esto, manos visibles. Otra técnica que, en mi opinión, le dio a la imagen un aspecto fascinante: un boceto de fondo. En el fondo, el fuego arde, como si el alma inquieta de un joven no quisiera soportar las dificultades y la injusticia.
Arde, encendiendo todo con su sinceridad y poder.