En la Posición de Munich en la tumba de Botticelli, la angularidad y cierta madera de las figuras, que nos hacen recordar una imagen similar del artista holandés Rogier van der Weyden, se combinan con el trágico patetismo del Barroco. El cuerpo de Cristo muerto con su mano dura y caída anticipa algunas de las imágenes de Caravaggio, y la cabeza de la inconsciente María recuerda las imágenes de Bernini.
En este trabajo, Botticelli se eleva a las alturas trágicas, alcanza una extraordinaria capacidad emocional y lacónica.
El artista usó el esquema iconográfico gótico: la Virgen María con el Cristo muerto en su regazo, escribiendo magistralmente al grupo en una composición de múltiples figuras.
Representado en el fondo de las rocas con una entrada oscura a la cueva y un sarcófago de piedra, todas las figuras de la escena se inclinan hacia su centro, creando un campo interior tenso lleno de dolor y tragedia de lo que sucedió. Sus gestos moderados pero expresivos, pinturas intensas de la imagen, todo esto hace una impresión indeleble de un alto grado de espectáculo dramático.
María, afligida, abraza el cuerpo del Salvador, que yace en su regazo, un cuerpo joven y hermoso con proporciones perfectas, como si parpadeara con una luz interior. Se llama la atención sobre la mano caída de Cristo, este motivo utilizado en la escultura medieval, gracias a Botticelli, ha ganado una nueva expresividad figurativa y será en adelante un ejemplo de la rara suerte de completar una imagen plástica.
La primera fila de la composición está formada por dos figuras dobladas simétricas: dos María, abrazando y besando la cabeza y los pies de Jesús. A lo largo de los bordes del sarcófago están los Apóstoles: Pablo a la izquierda con una espada en sus manos, Pedro a la derecha con las llaves del Reino de los Cielos.
Algunos investigadores lo atribuyen a finales de los años 90; Según otros, esta imagen surgió más tarde, en los primeros años del siglo XVI, así como las imágenes de la vida de San Zinovy.
El desgarrador corazón de Botticelli “De pie en un ataúd” es moderno hasta el “Luto” de Miguel Ángel, una de las creaciones más tranquilas y armoniosas del escultor.