La pintura fue pintada por Salvador Dalí en 1987, dos años antes de su muerte. Después de la muerte de su esposa, el artista se encontraba en una profunda depresión, de la que nunca se recuperó.
En sus últimas pinturas predominaron temas de dolor y duelo. “Pieta”, el lamento de Cristo, un motivo religioso común en el arte europeo, al que se dirigieron muchos artistas y escultores, de Miguel Ángel a Durero. La Piedad de Dalí es una de varias de sus pinturas de un tema similar, escritas en los últimos años de su vida.
En él, la figura de una mujer no es de ninguna manera la misma tierna doncella de María, que fue representada por artistas del Renacimiento. La mujer en el lienzo Dali no es joven, masiva, tiene una cara campesina burda. Sobre su hombro descansa la cabeza del difunto.
Sus cuerpos están remontados vagamente y medio ocultos por corrientes de agua.
La imagen es casi monocromática, no hay combinaciones de contraste características de Dali: solo de color blanquecino, amarillento, algunas manchas de color ocre. Una mujer sale de las olas y la espuma, y esta es una alusión amarga y terrible al “Nacimiento de Afrodita”: saca de las aguas no su nacimiento, sino la muerte de su nacimiento.