El artista pintó este cuadro en 1871. No muestra un evento, sino una acción. El trabajo está escrito en colores brillantes, lo que lo hace realista. Representar el oficio de la pesca, tal como se hizo en aquellos tiempos y posiblemente todavía lo haga.
El propio artista amaba la pesca, y todo el proceso relacionado con la pesca le era familiar. En general, Perov tuvo éxito en la gloria de la imagen, en la que describió la vida de la gente común y su moral.
En la imagen vemos a un anciano que tiene una sorpresa en su rostro. Una brillante bufanda atada alrededor del cuello del pescador atrae la atención. Sorprendentemente, el artista pintó el personaje principal, no un campesino o un trabajador, sino un hombre que vive en la prosperidad y se dedica a la pesca en su tiempo libre.
El hombre está muy bien vestido y se ve bien. En sus ojos no hay fatiga ni anhelo, por el contrario, su mirada es juguetona y relajada, es evidente que le apasiona el proceso. También atrae la atención de una serie de utensilios de pesca.
La imagen muestra todo de tal manera que si un anciano de repente necesita algo, lo tomará fácilmente y no necesita acercarse.
Detrás, el artista ha representado a otro pescador que mira con envidia a su rival e impone un gusano de manera más sucinta, con la esperanza de atrapar un gran pez para presumir al viejo. Si miras de cerca, puedes ver los abedules en el fondo del cielo de la mañana.
Perov, con su foto, quería recordarnos la armonía y la unidad del hombre con la naturaleza, que necesitamos distraernos del bullicio de la ciudad con más frecuencia, prestando atención a nuestros pasatiempos. Con toda la variedad de juegos de computadora, hemos olvidado cómo apreciar el presente, y estamos acostumbrados a vivir en un mundo virtual y a ser amigos de amigos virtuales. Hemos desarrollado una dependencia en el mundo virtual.