Al estar involucrado en ilustraciones para la “Caza del Zar”, Serov realizó una especie de investigación, que le permitió aprender hechos poco publicitados de la vida de la corte real y también escribir retratos veraces de los principales funcionarios del estado.
El trabajo “Pedro I sobre la caza canina” continuó la serie de trabajos relacionados con el tema de la caza, y ya cumple con todos los criterios para obtener una imagen completa.
La escena de la caza representada es interesante no solo por el color bien pensado, la profunda elaboración de los detalles y la nitidez de las formas, sino también por la atención de Serov a los procesos políticos generales que tuvieron lugar en la era de Peter I. Además, depende enteramente de esclavos simples. El psaris, quien, según la costumbre, gobernaba a los perros, no permitía al rey cazar, lo que llevó a una escena divertida cuando los boyardos no lograron manejar la manada.
Serov, con su perspicacia característica y la habilidad de un psicólogo, transmitió de manera confiable el estado de ánimo que prevalecía en los “campos” opuestos.
La belleza poética de los campos cubiertos de nieve, y el encanto del invierno ruso, representado con un amor por la naturaleza nativa, son admirables.