Pasando la mayor parte de su tiempo en la naturaleza, Constable casi se disolvió en ella, le encantó el dolor en su corazón, y la naturaleza abrió sus secretos más secretos al ojo del artista. La belleza apareció ante Constable y en el murmullo de la corriente, y en el cielo cubierto de nubes, y en el claro iluminado por el sol.
La proximidad a la naturaleza permitió a Constable en sus pinturas abandonar las convenciones y tradiciones que dominaron a sus predecesores. No reconoció el academicismo en el proceso creativo y fue uno de los primeros en pintura que comenzó a seguir a fondo la naturaleza y pintó paisajes al aire libre, sin preocuparse por la corrección de la composición y la claridad de las líneas. Y fue esto lo que le dio la oportunidad de aplicar las mayores fortalezas de su talento al trabajar en lienzos de paisajes.
El artista creó algunas pinturas en dos copias. Algunos captaron el hecho de que vieron directamente el ojo del artista, otros están ligeramente “corregidos” con respecto a los requisitos de composición y color. Sin embargo, la segunda opción parece muy poco convincente en el contexto de la frescura transpirable de la primera.
A pesar de todo esto, cualquier paisaje de Constable puede verse con igual interés. “Wyvenhow Park” fue escrito por el artista en 1816 y es un ejemplo de un trabajo inicial. Pero ya adivina el poder y la majestuosidad del pincel de Constable. Este paisaje es una clara indicación de que Constable no le asignó importancia a la composición, ya que describía lo que estaba ante sus ojos.
Pero fue sobre la base de este enfoque que nacieron los principios de un paisaje realista.
Esta búsqueda de la realidad determina los puntos fuertes de la imagen, uno de los cuales es el juego de los efectos de la luz y el aire. Por otro lado, el agente también está asegurado contra los errores, no necesita prever ni predecir nada, pero todo lo que tiene que hacer es no distorsionar la verdad de la naturaleza y tener buen ojo. De ahí la sensación de profundidad y espacio aéreo que llena el lienzo, la ilusión de un día claro y soleado.
En el primer plano, puede sentir claramente el frescor de la sombra que cae del árbol, bajo la corona de la cual se encontraba el artista mientras trabajaba en el paisaje, en el fondo: destaca la densidad de pintura del bosque más frecuente a la derecha. El lugar central en el lienzo está asignado a la superficie espacialmente opuesta del agua y el cielo, que en realidad crean una unidad interna. El agua refleja el cielo, y la libertad y variabilidad espacial del entorno aumentan visualmente a un tamaño inconcebible.
El otro logro de Constable es el esquema de color del cielo. Sólo dos colores, gris y azul, y sus numerosos tonos transmiten la luz solar. La misma naturaleza le dice al artista las técnicas que dan lugar al espectador cuando considera una pintura o ese sentimiento, solo tiene que fijarse en ellos, no en perderlos.
Y aquí la artista misma vuelve a ayudar al amor del mundo.