La pintura representa un óvalo blanco con la configuración incorrecta en un fondo de mármol negro. El fondo desempeña un papel activo igualmente importante como en los retratos realistas. Ilumina y al mismo tiempo enfatiza la trama.
Dentro del óvalo se colocan diversas formas. La base de la composición es el eje negro, el resto de los componentes se agrupan a su alrededor. El eje es de suma importancia, superponiendo el resto de las figuras. Si miras todos los elementos juntos, se parecen al corazón humano.
La imagen de abajo hacia arriba, estirada desde la parte inferior a la izquierda, se asemeja a la yema de un dedo, con la que quieren tocar la superficie desnuda del órgano más importante de la actividad vital y el sentimiento.
Todas las formas de pintura tienen un cierto carácter simbólico y pueden percibirse como una especie de alfabeto del artista, aún no resuelto. Esta foto fue escrita por Kandinsky en el apogeo de su trabajo, en Moscú, poco antes de su partida a Alemania.
El famoso crítico de arte D. Sarabianov comparó esta imagen con la música revivida en colores. Es como si expresara el estado del alma del artista, imbuido de sentimientos internos profundos. Y al mismo tiempo, implementa una situación intelectual objetiva, revelada al mundo exterior.
Esto se refiere a la actitud de Kandinsky ante los acontecimientos de la revolución y la Guerra Civil en Rusia.
“White Oval” es una de las obras clave de Kandinsky, es la transición del expresionismo abstracto de la primera mitad de la década de 1910 a un sistema racional de arte abstracto, que se desarrollará en la década de 1920, después de mudarse a Alemania, donde se convirtió en profesor en la famosa Escuela Bauhaus.
El marco negro incluido en el campo de imagen crea una pantalla determinada y forma los contornos de un óvalo blanco, que se interpreta como una forma y al mismo tiempo como un espacio que incluye muchas otras formas. Kandinsky crea una imagen dentro de la imagen, donde cada forma se abre como una perspectiva espacial. Por ejemplo, el óvalo en el centro y el óvalo marrón en la esquina superior derecha repiten parcialmente la configuración del óvalo blanco grande.
Todos los elementos pueden considerarse como trazas de la visión del paisaje “residual”. Están coordinados a lo largo de los ejes diagonales, y las largas líneas diagonales negras que se extienden desde la parte inferior derecha en la esquina superior izquierda de la imagen equilibran todo el complejo de elementos dirigidos en sentido contrario dirigidos desde la esquina inferior izquierda hasta la esquina superior derecha. Como resultado, a toda la composición se le da una dinámica de rotación.