Expuesta en 1905 en el Salón de Otoño, “Woman in the Hat” estuvo en el centro de atención.
El retrato de la esposa de Matisse, Ameli Pareyr, impresionó tanto a los espectadores como a los críticos a costa de la escritura libre, la incompletitud, el brillo y la falta de naturalidad en las soluciones de color, convirtiéndose en una de las obras maestras más famosas del pintor.