El heroísmo incomparable del pueblo soviético, manifestado a cada paso, en el campo de batalla, detrás de las líneas enemigas, en destacamentos partidistas, se está convirtiendo en uno de los temas principales en la pintura soviética de estos años. La figura central de la pintura “Madre de un Partisano” de Gerasimov es una mujer soviética. No puede ser intimidado por monstruos fascistas.
Detrás se encuentra la tierra nativa, quemada y contaminada por enemigos, pero no rota, no sometida.
Los matones fascistas experimentaron el gran poder de la ira de la gente. Parece patético oficial alemán comparado con una simple campesina rusa, representada en el contexto de un fuego lleno de humo. Su rostro guarda el áspero sello de gran sufrimiento, pero es el sufrimiento de un hombre orgulloso y fuerte.
En contraste con lo brillante, en su propia imagen simbólica de la madre, la imagen de Hitler está privada de una característica individual pronunciada. Su gran figura se balancea sobre sus piernas torcidas, y el gesto de mando simplemente cuelga en el aire.
El artista destacó la frente baja y la mandíbula pesada del fascista, razón por la cual un animal, un animal en su apariencia, parece aún más brillante. Un primer plano de Gerasimov da las figuras de una madre y un fascista, y solo en los términos más generales describe a los otros personajes.
En el episodio de la dramática confrontación entre una mujer patriota y una invasora, el artista mostró el coraje y la resistencia inherentes del pueblo soviético, nacido de una firme creencia en la inevitabilidad de la victoria de la luz y la razón sobre la barbarie, la oscuridad y el oscurantismo. “Madre de un partisano” – una obra monumental épica, llena de gran poder de influencia artística. En 1958, la imagen se expuso en la Exposición Internacional de Bruselas y se le otorgó una medalla de oro.