Esta “Madonna del mar”, aparentemente, pertenece al período inicial de la creatividad de Botticelli, que se siente en parte de la rigidez de las poses y pliegues de la ropa, que en sus obras maduras fluyen suavemente.
La figura del infante Cristo, vertiendo semillas con su mano derecha, y con su izquierda sosteniendo el fruto que las dio a luz, tiene contornos alargados característicos del estilo posterior y más estilizado del artista.
La escena en el fondo muestra una orilla del mar con extraños edificios góticos y un barco, lo que puede significar que la imagen fue encargada por un taller que estaba relacionado con viajes por mar.