Este tema es el más importante para Vasnetsov, no lo abandonó toda su vida. Él y él mismo, jugando con la adhesión a las imágenes “heroicas”, fueron llamados “el verdadero héroe de la pintura nacional”.
En sus obras “heroicas”, Vasnetsov es el más monumental y decorativo, y esto dice mucho sobre el patetismo inherente a las pinturas de esta serie. Su manera de representar a los caballeros rusos se encontró de forma inmediata y feliz y no cambió mucho a lo largo de la vida; esto demuestra una comparación simple, por ejemplo, de la imagen antigua “La batalla de los escitas con los eslavos” con la imagen posterior “El Bogatyrsky Skok”, 1914.
Quizás en este último hay más elementos de estampados populares, pero esto se explica en el momento de su creación: en 1914, Rusia entró en la Primera Guerra Mundial. De hecho, todos los “guerreros” de Vasnetsov son todos iguales, según N. Roerich, “la búsqueda de Rusia, no académica, no Peredvizhnichnaya, sino real, perdida en el pasado distante”. Estas búsquedas determinaron el valor artístico intrínseco de la creatividad de Vasnetsov.