A Van Gogh le encantaba dibujar olivos y cipreses. Fueron para Van Gogh uno de los lugares de su inspiración. El artista amaba la naturaleza con amor ardiente y apasionado, le dio la mayor atención en su trabajo.
Al crear un lienzo, utilicé solo cuatro colores: azul, verde, amarillo y púrpura.
Van Gogh escribió jardines de olivos, que estaban frente a su casa, de los que hablaba a menudo. Admirando la belleza natural, dándole toda su alma. Durante unos días pudo gastar todas sus pinturas, lienzos y dinero, creando sus paisajes. Sobre el lienzo con un olivar, sobre la hierba amarillenta se puede juzgar que ha llegado el otoño.
La vegetación ya está seca, pero las aceitunas verdes recuerdan el calor.
La imagen está escrita en trazos fuertes y rítmicos. Parece que el artista lo escribió durante un par de horas. La hierba adyacente y las copas de olivo desiguales nos dicen que el clima era ventoso. La naturaleza se está preparando para el próximo invierno y para dormir. El otoño es una época de marchitamiento y cosecha.
Uno tiene la impresión de la unidad de líneas, el cielo se convierte suavemente en coronas de olivo, cuyos troncos curvos se convierten en hierba y tierra. Pero el contraste de color es pronunciado.
La imagen parece moverse, el paisaje está texturizado. Van Gogh utilizó pinceladas de color verde oscuro para representar las hojas de la aceituna y, a su vez, el artista eligió representar los troncos mezclando los tonos azul y violeta.
La tela con olivar pertenece a la época del neoimpresionismo.