La imagen “The Blind” Bruegel escribió poco antes de su muerte. Los ciegos siguen a los guías ciegos; sus cuencas vacías en sus caras pálidas y levantadas son terribles, sus manos a tientas y pasos equivocados bajan de la montaña hacia el río, donde su guía ciego ya ha caído y cae detrás de él, y el resto va obedientemente, sin saber nada.
Pero todos deberían estar allí, y esto es inevitable, sucederá en un momento: lo que ellos mismos no ven se ve desde el lado con una claridad cruel. Y el paisaje respira con paz y tranquilidad, la pequeña iglesia rural parece muy acogedora, incluso el río parece acogedor, donde los pobres ciegos están destinados a ahogarse.
Alegoría amarga! Este es el acorde final más poderoso del arte de Bruegel. Amando a su sufrida patria, el artista no pudo perdonar a sus compatriotas por la pasividad, sordera, ceguera, inmersión en la vanidad de las hormigas de hoy y la incapacidad de escalar esos picos montañosos, que permiten comprender el conjunto, uno, común. ¡Ay de los ciegos!