Hogarth era un nacionalista ardiente. Esto se refleja en la obra del artista. No le gustaban los franceses, siempre los miraba con desprecio y los describía como avaros, quienes, para ahorrar carne, comen ranas fritas. Se rió de la religión oficial de Francia – el catolicismo.
Hogarth también tuvo una experiencia negativa personal con los franceses.
Una vez en la ciudad francesa del artista arrestado como espía cuando estaba dibujando las puertas de la ciudad. No queriendo escuchar sus explicaciones, la policía local lo puso en un bote y le dijo que saliera del país, amenazando con colgarlo. Ecos de este incidente – en el trabajo de Hogarth “Puerta Calais, o Oh, la carne asada de la vieja Inglaterra”.
En la parte izquierda de la imagen, Hogarth representó intencionalmente a un artista haciendo bocetos. En esta composición, Hogarth incluyó otra figura que sirvió como un objetivo constante de su burla: un escocés que huye cobarde después de un intento fallido de dar un golpe jacobita y devolver a su rey Charles Stewart al trono inglés.