En este lienzo, Dalí representa a una mujer desnuda sentada en las nubes. Sus caderas están cubiertas con un trapo arrugado de tela. El rostro de la mujer está oculto por una nube que gira.
Con una mano, ella toca su pecho desnudo, la otra está apoyada por un apoyo de barf, un atributo permanente de las pinturas de Dalí.
Las nubes se arremolinan, reuniéndose en nubes de tormenta. Son densos, materiales y se asemejan a terrones de algodón. En una nube se alza un árbol retorcido y retorcido que se aferra a él con sus raíces. En otra nube saltando centauro.
Su grupa también está cubierta de árboles. Él lanza una lanza en la nube con un gesto de San Jorge el Victorioso golpeando una serpiente.
El artista tomó prestada la frase “La miel es más dulce que la sangre” de una pescadora, Lydia, a quien el rumor llamó la última bruja de Cadaqués. Esta metáfora significa que la llamada de la carne es a menudo más importante para las personas que el vínculo de parentesco. Dalí tiene dos pinturas con el mismo nombre.
No están relacionados entre sí ni con trama ni estilísticamente.