La creación del mural que representa la caída de la humanidad del artista Miguel Ángel tomó 3 semanas. Incluso por la noche, trabajó en su trabajo y, para la consagración, Miguel Ángel le puso velas encendidas en el sombrero. La imagen consta de dos partes.
En la parte izquierda de la misma, las personas cometen pecado original. En el lado derecho de los frescos, Adán y Eva, perseguidos por un ángel, abandonan el paraíso. El árbol que se separa separa estos dos episodios.
En la escena de la tentación, representada a la izquierda, los espectadores ven a las primeras personas a la sombra del espeso follaje del árbol del conocimiento. Krona está rodeada por el tentador en forma de mujer con cola de serpiente. Adán y Eva, las primeras personas que personifican la belleza humana ideal y majestuosa, alzan sus manos al árbol del bien y del mal.
Miguel Ángel, a través del juego del claroscuro y los giros naturales, hizo que sus movimientos fueran elegantes y armoniosos. Aunque de acuerdo con la historia bíblica, fue una mujer quien convenció a un hombre para que desobedeciera a Dios, el artista hace de Adán el personaje principal del fresco, y Eva simplemente se sienta a sus pies.
En el lado izquierdo, el espectador puede ver una imagen donde las personas ya han violado la advertencia de Dios y cometido un pecado por el cual fueron castigados. El ángel que sostiene la espada en su mano, expulsa a las primeras personas y bloquea su regreso al paraíso. La cara de Adam hace una mueca de dolor y miedo, mezclada con remordimiento.
Eve, retorciéndose las manos con impotencia. Ella no se atreve a levantar la cabeza delante del ángel, ya que se siente culpable y teme represalias. Ahora las personas no parecen bellas criaturas, la humillación, el miedo y el remordimiento distorsionan sus rostros.
Hasta el día de hoy, un fresco que representa una caída humana está estampado en los arcos de la famosa Capilla Sixtina. Debido al hecho de que el trabajo de Miguel Ángel se realizó bajo el mismo techo de la catedral, el artista utilizó líneas lacónicas en sus creaciones, evitando los intrincados rizos y pequeños detalles.