La pintura de Myasoyedov “Cortacéspedes” fue pintada en 1887. Su valor artístico fue muy apreciado por el emperador Alejandro III, quien compró el lienzo para su colección.
Vemos en la imagen a un grupo de campesinos entre el centeno mientras henifican. Es como si el calor del verano emanara del lienzo, el azul brillante del cielo fluyera hacia la amarillez de las orejas, las nubes también tuvieran un cálido tinte amarillento. Los héroes de la imagen no son solo los campesinos y el heno directamente, también vemos varias aves, mariposas, acianos, bardana y margaritas en el primer plano, sentimos el sol, como impregnando cada centímetro de tela.
Los campesinos se funden con la naturaleza. Si miras de cerca, puedes ver en la cabeza de uno de ellos una corona tejida con orejas recién cortadas. Parece estar coronado con esta corona, convirtiéndose en este mismo momento y precisamente en este lugar el rey, el personaje principal, el cortacésped más experimentado, liderando el resto, mostrando qué y cómo hacer.
En la esquina inferior izquierda de la imagen podemos ver una hojita de centeno con un rastrillo sobre ella, un plato con pan se encuentra cerca. Estos atributos simbolizan trabajo y descanso.
La vida campesina aparece en todo su esplendor: todo es joven y viejo, y el abuelo de bigotes, los jóvenes rizados y las niñas con pañuelos trabajan aquí. Después de todo, si no tiene tiempo para cortar la cosecha a tiempo, debido a la lluvia y al mal tiempo puede quedarse sin pan, los campesinos lo comprenden muy bien y salen al campo con toda la familia.
Cabe señalar que las figuras de los cortacéspedes se ubican, por así decirlo, en orden ascendente, desde el más joven hasta el más viejo. No sentimos que sea difícil para ellos, no sentimos el calor agotador, solo vemos la belleza del trabajo y la libertad, la expansión del campo ruso, la celebración y la alegría. Por alguna razón, quiero creer que en este momento los campesinos están cantando una canción o teniendo conversaciones alegres.