El lienzo “Dice Players” fue pintado por el pintor italiano Giuseppe Maria Crespi a fines del siglo XVII. La trama está torcida alrededor de uno de los juegos más antiguos: los dados. Las personas mal vestidas, cuya miseria se ve subrayada por lágrimas en la ropa y un interior muy triste, se convirtieron en los héroes de la narración.
El uso del autor de pinturas grises frías agregó notas tristes y crudas a la escena. Solo puedes sentir pena por los jugadores, perdiendo la oportunidad de reprenderlos por tal pasatiempo. Después de todo, aún se desconoce si el dinero es jugado por hombres o por intereses. La vestimenta de los jugadores es notable: es habitual en el propio Crespi y muy exótica para un contemporáneo.
Presta atención a los disfraces en capas y las medias graciosas. Las cabezas de los hombres cubren tocados extraños, hechos de tela de lino sucio. Los zapatos de los héroes de lo desgastado, las prendas abren los agujeros por los que se rompe la blancura de la ropa interior.
A pesar de la pobreza, los jugadores afeitan suavemente. La piel de sus caras está inflamada y agrietada, formando una costra rosada en sus mejillas. Las manos, al parecer, no saben descansar. Están sobrecargados de trabajo, los dedos son carnosos, las palmas de las manos son amplias. Dados es el único entretenimiento para los pobres después de un día duro.
Este es un respiradero y una oportunidad para obtener una carga de buen humor. Los huesos blancos ruedan sobre la mesa con una explosión, se abren antes que los jugadores, prometen buena suerte, éxito imaginario o desperdicio. Quizás el futuro de los hombres dependa de la caída de los cubos.
Lo que van a comer, beber, dónde dormir. En esto, también, hay algo de emoción.
Crespi escribió un lienzo triste, a pesar de que la idea afecta los momentos divertidos de sus vidas. La decoración de la habitación es tristemente triste y debido a los colores, elegida al unísono con la pobreza y la miseria de los personajes, y debido a la hora del atardecer. Incluso la mancha de la capa roja de uno de los jugadores no hace que la paleta sea más alegre.
La luz apagada del atardecer todavía penetra en la ventana, dando a los hombres la oportunidad de jugar otro movimiento.