En febrero de 1888, Van Gogh fue a Arles. Soñaba con crear una comunidad de artistas independientes que se dedicaran a la pintura. En cartas al hermano Theo, Bernard y Gauguin, Van Gogh instó a los amigos a unirse a él. Después de un tiempo, Paul Gauguin, imbuido de esta idea, decidió venir a Arles.
Mientras esperaba su llegada, Van Gogh creó una serie de lienzos para decorar la habitación de un amigo.
Uno de estos lienzos fue el cuadro “Jardín de los poetas”. En él, el artista representó el parque de la ciudad, que era visible desde la ventana de la habitación de Gauguin. La atmósfera del parque reflejaba bien el estado de ánimo del artista, esperando una vida llena de armonía y tranquilidad.
Van Gogh consideraba el jardín como un lugar donde una persona puede descansar del ajetreo y el bullicio, disfrutar del silencio, organizar sus pensamientos y sentimientos, hacer un trabajo creativo.
El artista representó un parque de la ciudad al atardecer. El cielo amarillo colorea los árboles y la hierba en colores cálidos, creando una atmósfera de paz y tranquilidad. Las coronas translúcidas en el fondo juegan con tonos rojos y lilas.
La noche hace que las sombras sean profundas y los colores se desaturan, desapareciendo gradualmente en la oscuridad. Van Gogh logró transmitir perfectamente la atmósfera de la pacificación vespertina, que siempre se siente en el crepúsculo solo con la naturaleza.