Esta fantástica obra maestra de Bosch, una de las obras más famosas de la historia de la pintura mundial. Su espacio está densamente lleno de imágenes y escenas diversas: visiones celestiales, imágenes de caídas humanas, monstruos de pesadilla y criaturas del abismo infernal. El panel central del tríptico está habitado por un gran número de figuras desnudas, pájaros gigantes, objetos extraños, etc.
Esta es la apoteosis del pecado. Los paneles izquierdo y derecho son el cielo y el infierno, respectivamente.
Por lo tanto, un tríptico, como si se “desmoronara” ante nuestros ojos en una multitud de escenas casi aleatorias, finalmente se “ensambla” en algún tipo de imagen completa del mundo. Es cierto, no todo es tan simple con la interpretación de esta imagen. ¿Por qué, por ejemplo, los personajes del panel central se entregan a todo tipo de placeres que se ven tan, en general, irreprensibles? Tal vez, ¿no somos en absoluto una imagen colectiva del pecado humano, sino un intento de construir algún tipo de paraíso artificial creado por nuestros sentimientos? ¿O uno de los historiadores del arte tiene razón cuando afirmó que la idea de Bosch era mostrar aquí el estado que precede a la caída de Adán y Eva?
El número de versiones con respecto al significado de este trabajo de Bosch es incalculable, pero continúa guardando su secreto obstinadamente, revelando a cada nueva generación de personas de una manera diferente.
Un par de orejas gigantes, atravesadas por una flecha y, por así decirlo, diseccionadas con un cuchillo, se mueven contra el oscuro paisaje del panel derecho, aplastando a las personas en su camino. En las sombras de la figura se esconden fantásticos personajes. Hay críticos de arte que afirman que la letra “M”, grabada en la hoja de un cuchillo, se refiere al nombre de la persona con quien Bosch estaba en relaciones hostiles. Otros expertos creen que esta carta es una señal del Anticristo o del mundo entero.
La descendencia de la fantasía de Bosch se ve asquerosa y espeluznante.
Esta sensación se ve realzada por el carácter de la imagen en sí misma, que presupone una escritura cuidadosa de pequeños detalles naturalistas. Bosch es generalmente diferente de otros artistas con su gran capacidad para servir a lo increíble como bastante común, real, todos los días. El artista observa cuidadosamente las sombras proyectadas por los pliegues de las orejas y la flecha perforada por las orejas, de manera inusualmente clara y naturalmente muestra sangre seca.
Sombras suaves acompañan la curva de la hoja del cuchillo con sus siniestros jags. Hombres frágiles y quebrados se encendieron con el resplandor de los incendios del infierno ardiendo en la distancia.