El tema principal con el que trabajó A. K. Denisov-Uralsky fue la naturaleza inolvidable de los Urales, porque esta es su tierra natal. En su trabajo se puede observar otra imagen, que representa un incendio en el bosque. Al parecer, la inspiración fue tan grande que el autor decidió dedicar varias de sus obras a este tema.
La imagen “Incendio forestal” muestra los elementos reales. Al mirarla se vuelve aterrador y espeluznante. Empiezas a pensar en lo miserable e indefenso que un hombre está a merced de la naturaleza, especialmente el furioso.
Ella barre todo lo que encuentra en su camino, sin escatimar a nadie ni a nada.
Solo se puede adivinar cómo comenzó el incendio en esta imagen. Quizás alguien estaba encendiendo un fuego, y una chispa atrapada en la hierba seca sirvió como el comienzo de un fuego. Tal vez fue un verano muy caluroso y seco.
Este clima se caracteriza por los frecuentes incendios forestales. En cualquier caso, el espectáculo me causó una gran impresión.
Las llamas son como una bestia terrible, de la cual no hay salvación y es imposible esconderse en cualquier lugar. El humo de la llama se muestra tan alto que se eleva hasta los cielos, incluso por encima de los pinos, aunque alcanzan una altura de varias decenas de metros. Las bocanadas de humo se muestran en diferentes colores: desde gris ceniza hasta casi negro, el color del grafito. El humo se disipa en todas direcciones.
El cielo también está pintado en un color gris sucio, como si las cenizas de un fuego se reflejaran en él.
La pared de llamas es horrible, es imposible atravesarla. En el suelo, el fuego se muestra en un color púrpura-naranja con destellos amarillos. Cuanto más alto se eleva, más tonos diferentes vemos. En cualquier caso, incluso los rayos del sol no pueden penetrar a través de una densa cortina de humo.
El esquema de color es sorprendentemente realista. No hay un color uniforme, el artista siempre se mueve de un tono característico a otro.