El pequeño cuadro de Antonio Pollaiolo, un pintor florentino de la época del Quattrocento, representa una de las hazañas del antiguo héroe griego Hércules, o Hércules. La segunda tableta con una composición sobre este mito también está en el museo.
Los investigadores sugieren que ambas obras son bocetos de grandes pinturas, que ordenó el artista Piero Medici, o sus copias reducidas. Pero también pueden ser obras independientes, y aún más, cabe señalar que Pollayolo logró dotar a una imagen tan pequeña de monumentalidad.
Como complot, el maestro tomó esa parte del mito sobre Hércules, en la que lucha con la hidra de Lyrhen, una serpiente gigante que tenía muchas cabezas y una de ellas era inmortal. El artista transmite la tensión de la batalla, mostrando los músculos hinchados del héroe y una expresión facial desesperada. El trabajo está lleno de movimiento.
La fuerza y el poder de Hércules están subrayados por el paisaje que está muy abajo y el hecho de que el personaje principal se coloca contra el cielo. Pero al mismo tiempo, el pintor estaba fascinado por las líneas hermosas y elásticas de las cortinas, el cuerpo de serpiente y las cintas onduladas del río, que crean un patrón complejo en la obra.