Jean-Marc Nattier pertenecía a la famosa dinastía de artistas parisinos, su padre era miembro de la Academia de París de Pintura y Escultura. Luis XIV se dio cuenta pronto del propio artista y recibió una orden real para la ejecución de dibujos y grabados para la Historia de María de Médicis.
Más tarde, Nattier realizó el trabajo encargado por Peter I en Holanda y París. En 1718 recibió el título de académico. Poco a poco, en la obra de Nattier, el retrato ocupó el lugar principal.
En la década de 1730 fue un artista familiar de los duques de Orleans.
Gracias al éxito de las obras que se muestran en el Salón de 1737, Nattier ganó popularidad y se convirtió en el favorito de la reina, recibiendo el título de pintor de la corte. El retrato de Henrietta, la hija de Luis XV, es idílica y está llena de alegorías mitológicas.
En él, el artista, como en otros retratos, prestó mucha atención a los efectos y detalles externos, sin recurrir a las características individuales profundas del modelo, presentadas en el contexto de un paisaje atemporal.
Otras obras famosas: “Retrato de Pedro I”. 1717. Ermita, San Petersburgo; “Retrato de un desconocido”.
1757. El Museo Pushkin de Bellas Artes. A. S.
Pushkin, Moscú; “Batalla del bosque”. 1717. El Museo Pushkin de Bellas Artes.
A. S. Pushkin, Moscú; “Retrato de la duquesa Louise de Orleans como Hebe”. 1744.
Museo Nacional de Estocolmo.