Casi todos los modelos de Rossetti se convirtieron en su amante. Los amigos de los artistas los llamaron “bellezas de Rossetti”. Pero hubo mujeres en su vida que se convirtieron no solo en “episodios” y no solo en modelos, sino también en musas.
Eran tres de ellos. La primera, Elizabeth Siddal, se convirtió en el primer amor serio de la artista, sirvió de modelo para sus pinturas más románticas y sublimes.
De su pintora escribió Beatrice, la amante inmortal de Dante. Además, escribió un número infinito de “retratos propios” de Elizabeth. Puedes ver uno de ellos en la siguiente página. Un papel especial en el destino de Rossetti fue interpretado por Fanny Cornforth, una ex prostituta.
Ella era exactamente lo opuesto a Elizabeth.
Sensual, carnal e incluso algo vulgar, Fanny introdujo el elemento “terroso” en la obra de Rossetti. Una de las mejores obras “con la participación de” Fanny es el “Blue Arbor”, 1865. Aquí se le muestra a una mujer corpulenta, segura de sí misma y algo arrogante que mira al espectador.
Los “accesorios” románticos que siempre han sido para enfrentar a Elizabeth, al lado de Fanny sin parecer demasiado orgánico. El último gran amor de Rossetti fue Jane Morris. En su imagen, para él se fusionaron tanto el amor terrenal como el celestial.
Su retrato de “Sueños” se refiere a los retratos más expresivos jamás creados por Rossetti.