La primera apelación al grabado estuvo relacionada con el deseo de Gauguin de ganar dinero en la publicación de sus obras.
Junto con Emile Bernard, creó una serie de grabados para la exhibición en la cafetería Volpin como parte de la Feria Mundial de 1889. La mayoría de las veces, Gauguin trabajó en la técnica de litografía, aunque prefirió cortar el cliché en una placa de zinc en lugar de una piedra. Encontró la textura gruesa de zinc más atractiva.
Las composiciones de Gauguin no eran originales; por regla general, reproducían los argumentos de obras ya creadas por el artista. Gauguin utilizó los trabajos originales para el diseño de su libro de diario “Noah Noah”, decorando el manuscrito con grabados en madera, dibujos de acuarela y dibujos.
Los más exitosos fueron solo los grabados. Sus temas están establecidos por la mitología tahitiana, y el estilo en el que se realizan es claramente primitivo.