Viviendo en Tahití, entre la naturaleza exótica y los indígenas no menos exóticos, Gauguin estaba en constante búsqueda de sujetos. Tanto Balzac en la literatura como Gauguin en la pintura de este período pueden llamarse un agudo observador.
Pintura “¿Estás celoso?” Encarna la escena, asomada por el maestro. Después de bañarse, las dos hermanas se acuestan para descansar en la cálida arena de la orilla. Sus conversaciones giran en torno al tema del amor: el amor del ayer y el futuro.
Los pensamientos dulces solo rompen un pensamiento, ¿estás celoso? Fue este momento, el momento apenas perceptible de la discordia, que el artista trató de capturar.
El estanque se vierte con colores mágicos: esta extraordinaria combinación de azul, negro y marrón rojizo crea el movimiento parpadeante del agua. Particularmente atrajo la atención del cuerpo marrón dorado de los personajes principales, sus posturas relajadas parecen demasiado naturales y naturales.
El resto del paisaje que rodea a las chicas se distingue por la rugosidad y la decoración mágica: son siluetas vagas de brillantes plantas exóticas de flores, mariposas. Dicha abstracción del fondo no es accidental, por lo que Gauguin quería retratar un mundo mágico, colorido, medido e intacto, en el cual y con quien viven en armonía los tahitianos. Como resultado de la encarnación de todas las ideas, la imagen del artista resultó ser muy colorida y monumental al mismo tiempo.
El propio maestro evaluó muy bien este trabajo, como lo demuestra su carta a su amigo cercano, donde afirma que “¿estás celoso?” – Lo mejor de lo que creó en la isla.
Este extraordinario lienzo fue comprado por un patrón ruso de las artes para una colección privada. Por extraño que parezca, pero la Rusia arcaica, más rápida que el resto de los europeos, apreciaba la originalidad de la carta de Gauguin. Después de la omnipotente nacionalización, la imagen resultó estar en el Museo Estatal de Bellas Artes de Pushkin, donde aún está en exhibición.