El maestro barroco Guercino se dirigió repetidamente a la parábola evangélica del hijo pródigo, interpretándola con toda la pasión inherente a los pintores de este movimiento artístico. En esta imagen,
La resurrección de Lázaro – Gverchino
Guercino es uno de los representantes más destacados del mundo académico de Bolonia de la primera mitad del siglo XVII. El artista estudió con L. Carracci, trabajó en Bolonia, Venecia,