Se cree que esta obra fue encargada por el artista de la iglesia florentina de Santa Maria deli Angeli. La yuxtaposición de las almas de los justos y los pecadores es decidida por el artista de una manera inusual, casi surrealista: un rectángulo que se extiende hacia el centro en el centro de la imagen es un cementerio con tumbas abiertas, desde donde surgieron los muertos al Juicio Final. Cristo es el que pone este juicio en el trono, rodeado de ángeles, la Virgen María y Juan el Bautista.
Las almas de los justos están escritas a la diestra de Cristo, las almas de los pecadores están escritas a la izquierda.
Curiosamente, en la multitud de pecadores, Fra Angelico representa a los gobernantes y sacerdotes de la vida real, esta técnica era completamente nueva para la pintura de la época. El artista colocó a los santos, ángeles y Cristo en arcos originales. En la parte inferior del arco central, dos ángeles pregonan las trompetas, anunciando el acercamiento del día del juicio final. Cabe destacar que la tierra de Fra Angelico – completamente desnuda.
Solo el Jardín del Edén sigue floreciendo y lleno de vida aquí.