El Greco diseñó los altares en varias iglesias. Uno de ellos, en la iglesia de Santo Domingo el Antiguo de Toledo, decoró con esculturas; en otros casos, El Greco diseñó el marco del altar mismo.
El artista estaba muy interesado en la arquitectura e incluso escribió un tratado sobre este tema. Desafortunadamente, ambos tratados desaparecieron sin dejar rastro.