La pintura “El dormitorio de Van Gogh” se pintó en Arles en 1888. Unos meses antes, el artista se mudó a una nueva casa, donde alquiló una de las habitaciones. En ese momento, soñaba con crear el “Taller del Sur”, un hogar donde los artistas de la nueva época trabajarán juntos.
Los estados de ánimo optimistas y las esperanzas de un futuro mejor se expresaron en la mayoría de las obras de Van Gogh de este período.
La pintura representa una habitación simple, sin complicaciones. La cama de madera ocupa casi un tercio del espacio, a la izquierda se puede ver un pequeño tocador con una jarra y dos sillas. Pero en el interior sin pretensiones de la habitación, Van Gogh encuentra la belleza y trata de darle un sonido nuevo y sobresaliente.
El artista deliberadamente simplifica los colores y los hace más brillantes, distorsiona la perspectiva, haciendo que el interior parezca pintado con la mano inepta de un niño. En una carta a Gauguin, Van Gogh escribió que le gustaría transmitir una atmósfera pacífica, evocando pensamientos sobre el descanso y el sueño.
Al mismo tiempo, en la imagen hay un motivo de anhelo, que se siente al mirar el espacio desierto de la habitación, el marco negro de la ventana y, especialmente, las sillas vacías. El motivo de las sillas vacías a menudo suena en las obras de Van Gogh. Los representó repetidamente como un símbolo de inutilidad y soledad.