Desnudo – Pierre Auguste Renoir

Desnudo   Pierre Auguste Renoir

La pintura “Desnuda” fue pintada por Pierre Renoir en 1876.Esta es una de las muchas obras del artista, que representa su visión de la verdadera belleza femenina. El lienzo está realizado según todas las reglas del impresionismo. Esta obra pertenece al género del retrato, ya que, a pesar de la composición general de la pintura que representa a una chica desnuda sentada en medio de telas de colores claros, el objeto principal de la imagen sigue siendo su rostro, en el que el artista hizo el énfasis principal.

El cuerpo desnudo de la niña, que cubre de los ojos del espectador, es una adición magnífica.

Auguste Renoir por este trabajo posó a una hermosa niña llamada Anna. Ella no es la primera en tener tal ocupación, ha trabajado muchas veces como modelo para muchos artistas famosos, por lo que se comporta de manera relajada y abierta. Anna pertenece al número de chicas cuya belleza Renoir consideraba ideal.

Amaba las formas curvilíneas y la piel delicada y ligera de las mujeres.

La heroína está media vuelta, girando de lado hacia el espectador. Un suave rubor aparece en sus mejillas, sus regordetes labios rojizos se ven muy brillantes contra el óvalo brillante de su cara, sus largas pestañas exuberantes hacen que se vea penetrante y profunda. Cabello largo y negro recogido en un cabello alto, que se abre para revisar la espalda de la niña.

El modelo se sienta en una silla grande cubierta con una sábana ligera. El fondo de la pintura está hecho con grandes trazos amplios de tonos de púrpura.

Renoir hizo que el fondo fuera confuso y borroso, de modo que el cuerpo de la niña contrastara con él y pareciera más claro y voluminoso. Esta técnica se ha convertido en una novedad en el mundo de la pintura. Este contraste creado de manera magistral entre objetos inanimados y una figura humana viva hace que la imagen sea dinámica y viva, que sin duda es característica de todas las pinturas impresionistas.

La trama de la imagen es bastante simple, pero contiene un significado profundo. La piel de Anna brilla y fascina al espectador con su ternura. El artista solía representar la piel solo dos colores, rosa y melocotón.

Con este trabajo, anima al espectador a disfrutar de la belleza natural de las mujeres. Representar a una dama desnuda sin traer una gota de lujuria en el lienzo es una tarea casi imposible, pero Pierre Renoir se las arregló para la gloria.

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