Después de que el rey Herodes había predicho el nacimiento de un bebé en Belén, que se convertiría en el nuevo gobernante, decidió matar a todos los niños menores de tres años. Esa misma noche, un ángel se le apareció a José en un sueño y le ordenó a toda la familia que huyera a Egipto y esperara allí hasta que apareciera de nuevo.
José y María recogieron lo necesario y con el niño salieron de la ciudad. Tras superar una larga transición, llegaron al pueblo de Mathiere y comenzaron a buscar un lugar para descansar. Se encuentran debajo de un árbol que ha inclinado sus ramas para dar a los viajeros una sensación de frescor.
No muy lejos de un árbol del suelo, un arroyo con agua clara se abrió camino de repente, donde los fugitivos saciaron su sed.
El artista describió el momento en que la familia descansa debajo de un árbol, y los ángeles descienden hacia ellos y entretienen al pequeño Cristo. Alrededor de la magnífica naturaleza, las frutas cuelgan de un árbol, vuelan las aves. La imagen, debido a la variedad de colores, no parece alarmante, por el contrario, crea un ambiente alegre y optimista.