Vrubel ha concebido durante mucho tiempo el cuadro “Demon Prostrate”. Quería sacudir al espectador, crear un trabajo grandioso, pero parece que no tenía una idea clara de la imagen: el demonio era más dueño que él, el Demonio. Durante mucho tiempo pensó cómo representar a este demonio, volando o de alguna otra manera.
La idea del demonio “derrotado” apareció como si solo.
El demonio es arrojado al barranco entre las rocas. Las manos, que una vez fueron poderosas, comenzaron a azotar, torcidas lastimosamente, el cuerpo se deformó, sus alas se extendieron. Alrededor de la penumbra púrpura caído y los chorros azules desbordantes. Lo inundaron, un poco más, y se cerrarán completamente, habrá una superficie azul, un espacio de agua pre-temporal en el que se reflejarán las montañas.
Salvajemente y lastimosamente el rostro de un hombre caído con una boca dolorosamente inclinada, aunque un brillo rosado todavía arde en su corona.
El oro, el azul oscuro, el azul lechoso, el color lila ahumado y el rosa, todos los colores favoritos de Vrubel, forman aquí un espectáculo encantador.
El lienzo recién escrito no parecía lo que era ahora: una corona brillaba, las cimas de las montañas brillaban rosadas, las plumas de las alas rotas, similares a los pavos reales, brillaban y centelleaban. Como siempre, a Vrubel no le importó la conservación de las pinturas; agregó polvo de bronce a las pinturas para darles brillo, pero con el tiempo este polvo comenzó a actuar de manera destructiva, la imagen se oscureció de manera irreconocible. Pero desde el principio, su esquema de color era abiertamente decorativo: carecía de la profundidad y la riqueza del color, la variedad de transiciones y sombras, que se encuentra en las mejores cosas de Vrubel.
Cuando la foto fue llevada a Petersburgo para la exposición “El mundo del arte”, Vrubel, a pesar del hecho de que el lienzo ya estaba en exhibición, lo reescribió todos los días, y todos vieron este cambio. Hubo días en que el demonio era terrible, y luego una profunda tristeza apareció en su rostro… Vrubel ya estaba profundamente enfermo.
“The Demon Fallen Down” captura no tanto con su pintura como con la encarnación visible de la tragedia del artista: sentimos: “aquí el hombre se ha quemado”.