Este es un trabajo “metafísico” típico de De Chirico, que es un intento a través de un conjunto de imágenes reales para revelar el significado “mágico” de ser. El paisaje urbano aquí parece estar inspirado en un sueño; no hay aire en él, la luz irreal y el silencio resonante prevalecen en él. Todo movimiento está abolido, esto se aplica incluso al tren.
El “desplazamiento” característico de De Chirico también está asociado con el tren: el humo, como si estuviera pegado a la tubería de una locomotora de vapor, muestra una calma perfecta, y las banderas en el edificio, mientras tanto, se balancean en el viento.