Estación de tren de Montparnasse – Giorgio de Chirico

Estación de tren de Montparnasse   Giorgio de Chirico

Este trabajo se originó durante la primera visita de De Chirico a París en el verano de 1911, cuando presentó sus trabajos en el Salón de Otoño y en el Salón Independiente, “logró sorprender a su arte acostumbrado a todo y no tanto de asombro como de la audiencia”.El motivo de la estación de tren fascinó entonces al artista. Causó preocupación y alarma, recordó el primer viaje: la partida de Grecia después de la muerte de su padre.

Al crear el lienzo en especie, sirvió una de las estaciones de tren de París cerca de la Plaza Rennes. Sin embargo, desde la estación real en la foto de Chirico queda poco. La obra se distingue por una perfecta simplicidad geométrica, que no alivia al espectador, sino que, por el contrario, aumenta su ansiedad, ansiedad y nerviosismo.

El artista usa audazmente líneas rectas afiladas, tal vez influenciadas por Picasso. La imagen se parece a una ilustración de un libro o grabado. “Estación Montparnasse” se refiere al período metafísico del artista. De Chirico encarna sus pensamientos sobre el tiempo. Estas reflexiones se reflejan en varias oposiciones visuales.

El gran arco de la izquierda es un elemento de la arquitectura clásica. Se opone a la construcción que ocupa la parte central de la imagen, ya sea la plataforma o la terraza que descansa sobre las pilas. Estos pilares cuadrados están hechos de hormigón y son claramente modernos para el autor.

Pero eso no es todo. El humo estrictamente vertical de la chimenea de una locomotora congelada en un paisaje inmóvil sugiere que el tiempo se detiene. Y las banderas en la torre y en las profundidades del paisaje tiemblan en el viento.

Se añade un juego de palabras a la serie icónica: en francés, “tiempo” y “clima” son sinónimos de “le temps”. El espacio de la imagen se divide en dos partes contrastantes, simbolizando dos mundos diferentes. La composición parece estar construida sobre dos líneas de horizonte. El elemento básico del espacio interior, que llega a la base de las pilas de hormigón, es un racimo de plátanos.

Estos dos espacios están unidos por un hermoso camino amarillo geométricamente recto, en el que se pueden ver dos pequeñas figuras humanas.

Misterio y ansiedad: tales sensaciones crean una pluralidad de puntos de perspectiva que se desvanecen. Esta impresión se ve realzada por la pintura lisa y seca. Esta es la obra más grande del artista en tamaño.

En una ocasión, impresionó tanto a Pablo Picasso que él llamó al autor “cantante de la estación”.

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