La Crucifixión es una de las primeras obras sobresalientes de Rafael, que atrajo la atención de clientes y clientes ricos a un joven talentoso.
El carácter de la imagen en la pintura “Crucifixión” está lejos de ser dramático, más bien lírico y espiritualizado.
Los crucificados están rodeados por ángeles elegantes que recogen gotas de la preciosa Sangre del Salvador en las copas. Tocan con las yemas de los dedos las nubes de luz, que flotan fácilmente sobre el suelo. Las largas cintas de sus cinturones se retuercen, los rizos llenan el espacio entre la cruz y las figuras de los ángeles, enfatizando su participación en la crucifixión.
Todas las caras en la imagen respiran paz y tranquilidad. Las figuras arrodilladas del anciano y María Magdalena al pie de la cruz son mucho más grandes que los ángeles. Sus rostros están dirigidos al Cristo sufriente con esperanza y expectativa. Forman un solo grupo de composición con la figura de Cristo, lo que se enfatiza por la decisión de colores cercanos, así como el tamaño similar de las figuras representadas.
Con esta técnica, el artista busca enfatizar la naturaleza humana del Salvador.
Dos mujeres a los lados de la cruz – con caras tristes y distantes. A la izquierda, muy probablemente, la duelo de María está representada en una túnica oscura.
La línea del horizonte, el paisaje de fondo, divide la imagen en dos partes: terrestre y celestial. Sobre la cruz están dispuestos simétricamente, contra el fondo de las nubes, el sol y la luna, con rostros humanos, mirando al espectador.
Vasari escribe que si la Crucifixión no estuviera firmada por Rafael, bien podría haberse atribuido al pincel de Perugino. El fondo de la pintura es como un acercamiento a Florencia desde el lado de Umbría, una evidencia importante de que Rafael visitó la capital de la Toscana en su juventud.
En las pinturas de Rafael de esa época, es fácil rastrear a todos los grupos tomados del maestro de los ancianos. En la temprana “Crucifixión” de Rafael, Mogoe repite una imagen con la misma trama de Perugino en la iglesia de San Agustín en Siena.