Caravaggio es considerado uno de los mejores maestros de la historia, además, es el representante más famoso del estilo barroco, suplantando al manierismo y revolucionando la pintura religiosa de Roma, y luego Nápoles. A pesar de que el artista era un hombre asqueroso, que fue evitado por muchos contemporáneos, se encuentra entre los pintores barrocos italianos más influyentes del siglo XVII.
Las primeras obras importantes de Miguel Ángel se convirtieron en pinturas religiosas para la iglesia de San Luigi, que el maestro recibió instrucciones de crear en 1599. En 1601, para la Iglesia de Santa María del Popolo, se crearon las obras “Girando en el camino a Damasco” y “La crucifixión de San Pedro”. Juntas, cuatro obras maestras hacen de Caravaggio un pintor autoritario e influyente en Roma.
Algunas autoridades de la iglesia vieron estas y otras obras como vulgares e impías. La Asunción de Nuestra Señora, por ejemplo, se negó a aceptar, debido a la apariencia fea de la Virgen María.
El crucifijo de Pedro cuelga frente al “Camino a Damasco” de su hermana. San Pedro y Pablo están estrechamente relacionados entre sí, siendo uno de los fundadores de la iglesia cristiana. En el altar, entre estas dos pinturas, cuelga el retablo de la Santísima Virgen María de Annibale Carracci.
La cúpula de la capilla está decorada con frescos diseñados por Caravaggio, pero ejecutados por uno de sus alumnos.
La pintura representa el martirio de San Pedro. Vale la pena señalar que Pedro insistió en ser crucificado de abajo hacia arriba para no “imitar” a Jesucristo.
Como en muchas otras obras, Caravaggio priva la imagen de todos los detalles innecesarios y crea un fondo bastante oscuro, centrando así toda la atención en la figura de Peter. Además, cabe destacar el excepcional realismo y la naturalidad de los personajes. Se cree que el maestro ha logrado este efecto debido a la observación de personas comunes en la calle, y no en ángulos y posturas de modelos maltratados en el estudio. El famoso uso del claroscuro da volumen a las figuras. Es el uso de fuertes contrastes de luz que es uno de los elementos distintivos del estilo caravaggismo.
Este método permite al autor crear un lienzo más dramático.
La mirada de tres romanos de mediana edad no está dirigida al espectador. El crimen cometido les presiona. El cuerpo mayor de Peter todavía es bastante musculoso.
La imagen se basa en una multitud de líneas diagonales creadas por una cruz de madera, con una cuerda en la que se eleva, con las manos y los pies de la figura inferior. Los colores son apagados, como corresponde a tal asesinato. Una característica terrible de la imagen es el hecho de que el cuerpo de Peter no es asesinado.
Después de un corto tiempo, permanecerá colgado boca abajo en previsión de una muerte no violenta.