Además de los presentes en esta imagen de la Virgen y Juan el teólogo, Santo Domingo, el fundador de la Orden Dominicana también adora la crucifixión aquí. Este es un motivo constante en la obra de Fra Angelico: en las escenas del evangelio tiene un espectador de otra época.
Tales obras del artista fueron innovadoras para su época, marcando un nuevo enfoque a la iconografía y los medios de expresión. Carecen de acción externa y detalles excesivos, que, en términos generales, son “conceptuales” para Fra Angelico; en sus pensamientos, nada debería desviar al espectador de la comunicación directa con Dios.
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