Estas imágenes demuestran vívidamente la pertenencia de Popova al constructivismo, en cuyos orígenes se encontraba con los hermanos Vesnin, A. Rodchenko, V. Stepanova.
Dichas construcciones se componen de líneas verticales o inclinadas, con intersecciones horizontales entre sí, como si flotaran en un vacío. Uno tiene la impresión de que Popova está tratando de comprender la esencia del Universo y de intentar dominar 4 dimensiones.
Otro tipo de composición incluye espirales y círculos en movimiento.
Añadió polvo metálico a la pintura de Popova y eligió el contrachapado como textura, no como lienzo. El papel decisivo todavía se juega por el color. Pero debido a la correlación de los principios de energía principales que existen en el mundo, se crea armonía.
Estos comienzos son fuerzas centrífugas y centrípetas, encarnadas en líneas y planos que se intersecan en ángulo recto.
A la artista misma le preocupaba que el espectador percibiera tales obras simplemente como parte de un arte no objetivo, e insistió en que esto era solo un paso intermedio en el camino hacia la esfera del diseño y la ingeniería.