Los artistas que crearon sus obras maestras en los años 60 y 70 del siglo XIX, buscaron en sus obras para transmitir el ambiente revolucionario que estaba sucediendo en ese momento en Rusia. Entre los muchos artistas que defendieron la felicidad de la gente, estaba V. Makovsky. En sus obras, trató de mostrar la realidad de la vida rusa de la manera más realista posible, y con frecuencia tuvo que criticar el sistema social existente.
Entre las obras revolucionarias se encuentra la pintura “El condenado”, que fue escrita en 1879.
Si fuera una fotografía, su género sería un informe. Vemos que un joven está siendo conducido fuera del salón donde se lleva a cabo la corte. Su expresión expresa consideración y tristeza, con disgusto y simpatía, este joven mira a su madre.
Ella corrió hacia él con una súplica de misericordia. Cerca vemos a un padre de pie, él está pensativo, se puede suponer que esto es un gran dolor para toda la familia.
Un artista muy contrastante representó los trajes de los guardias, sus rostros imperturbables, en los que no hay una gota de simpatía y comprensión por lo que está sucediendo. Deben seguir perfectamente su servicio sin despertar sospechas y quejas. El color de las paredes del edificio está muy bien elegido, creando un ambiente tranquilo.
Cuando miras esta imagen, involuntariamente tienes un sentimiento de compasión y simpatía por la familia del condenado. Parece que aquí, aquí oirán, el llanto de su madre y la respiración pesada de su padre. En mi opinión, el artista simpatiza con sus personajes, porque la imagen transmite todo el momento de la tragedia.
Esta imagen, una de las pocas, en mi opinión, que es notable por su veracidad en la narración, con su contenido único que es diferente de otras imágenes, toca temas agudos y merece una atención especial.